Estoy en casita desde ayer, pesando 740 gramos más y vendada como una momia.
Lo primero de todo es daros las GRACIAS a tod@s por vuestros comentarios de ánimo, apoyo y preocupación, os lo he dicho más de una vez, pero es que sois cojonudos, de verdad.
El miercoles ingresé a las 8 de la mañana y fui la primera. Menudo bote di de la silla al escuchar que mi nombre era pronunciado por la enfermera. Primero pasé a una salita en la que pones tu ropa y zapatos en una nada glamurosa bolsa de plástico. Ataviada con el camisón azul horrible y con el mensaje de amor de mi marido escrito en mi mano, pasé a la sala siguiente.
Dado el numerito del último día todas las enfermeras se acordaban de mi, afortunadamente para bien...
Enseguida vino mi cirujano con un celador para recogerme y llevarme al quirófano. Uff que nervios!!!!!
Detalle surrealista (tenía que haberlo): la anestesista preguntando por el PUTO consentimiento firmado y todos buscándolo en mi historial médico de cientos de folios.
A continuación, me empezaron a pintar las líneas que serven de guía para el cirujano y ahí, de pie, ya empecé a temblar.
- ¿Tienes frío?
- Nooooo, que va, tengo miedo.
Tumbada ya en la mesa de operación (por cierto que dura es la jodía) seguía temblando y me pusieron un poquito de sedación y oiga que maravilla, ¿donde venden esto?
- ¿Que me has puesto que ya no tiemblo y estoy tan feliz?
Mascarilla, parpadeos y ZZZZZ ZZZ ZZZZZ ZZ
SOLO una hora más tarde, estoy en la sala de reanimación, el cirujano me dice que ha salido todo muy bien y que han quedado preciosas.
Estoy super vendada, con mucha presión pero me encuentro genial y ya empiezo con el cachondeo con una enfermera majísima.
No hay camas así que no subo a la habitación hasta las 5 de la tarde, afortunadamente con una chica joven que también ha sido operada de plástica, así que me toca una buena compañera.
Por cierto, desde aquí quiero lanzar una campaña en contra de las visitas a los hospitales. De verdad, no se si yo soy rara pero aborrezco que me visiten cuando me han operado y estoy hecha mierda (en todos los sentidos) en la habitación de un hospital. No tengo ganas de ejercer de anfitriona, ni de dar conversación, ni de besar, ni de nada, así que no visiteis si no son familiares muy allegados que se da mucho el coñazo.
Bueno, sobra decir que las horas en el hospital pasan muy lentas y los días se hacen eternos pero por fin llegó el viernes y mi cirujano me destapó la venda para ver como iba todo...
Tengo por costumbre no mirarme los primeros días por dos motivos:
- No impresionarme con los puntos, cicatrices, etc
- No quedarme chof con los resultados que no son los definitivos
Pues no podía aguantar así que cuando me liberaron de la venda, miré mientras escuchaba "no te fies de lo que ves que ahora están feas de la venda"
Uiiiiiissssss y tan feas!!!!!!
Menos mal que me fio del cirujano que me ha dicho que van a quedar muy bonitas y que veré resultados definitivos en un mes y medio. Aunque tengo que deciros que creo que me he quedado corta pero en fin...
El caso que me volvió a vendar, apretándolas hacia abajo para que no se suban en exceso y así tengo que estar hasta el próximo martes que tengo consulta.
Del tema conflicto hospitalario ya os hablaré largo y tendido, porque al día siguiente de mi operación recibí una visita mafiosa del coordinador de anestesistas con un "Esto tendrá consecuencias" Y a mi que ahora eso me importa un pito.....jajaja
En fin, tengo mis pechos, es impotante, pero lo más importante es que el miercoles se cerró la puerta al cáncer en mi vida.